Ponce y Mugar, correduría de seguros, es una empresa donde la paridad entre hombres y mujeres es una realidad. Lo es, entre otras cosas, porque la creación y la dirección de la empresa está compartida por Carmelo Vega y Ana Muñoz, ambos socios fundadores.
No obstante, hoy en día y en multitud de entornos laborales, la situación de la mujer debe mejorar. A pesar de que se han hecho grandes avances, no se ha llegado a la igualdad en temas tan importantes como el salario, el desempleo o las pensiones. Por eso, hemos querido participar en la conversación que ha organizado Actualidad Aseguradora, de la editorial Inese. Una conversación sobre el papel de la mujer y su evolución en el entorno laboral en la que ha colaborado Ana Muñoz, socia fundadora de Ponce y Mugar.
Otra gran mujer del sector asegurador como es Belén Pose, directora de la Asesoría Jurídica Corporativa de ARAG, ha compartido junto a Ana el protagonismo del editorial de Actualidad Aseguradora Nº14.
Ana y Belén hablan desde un punto de vista privilegiado, habiendo experimentado siempre una situación favorable. Pero a la vez, siendo conscientes de que no todas las mujeres tienen esa suerte.
“Como mujer, de forma individual y dentro de mi entorno, siempre me he sentido bien, respetada, valorada y querida. Esa es mi experiencia, aunque sé que no ha sido así con todas. He recibido mucha ayuda de hombres; en su momento, creo que pensaban que no iba a poder llevar la dirección de una Territorial y eso se traducía en proteccionismo, tal vez fuese machismo encubierto, pero me hacían sentir bien” Ana.
“Nunca me había parado a pensar en mi trayectoria en clave de género. He tenido suerte, como Ana, y he visto la evolución desde hace 22 años. Cuando era muy joven y estaba rodeada de varones. En mi trayectoria como abogada, en las reuniones de la empresa, sí me sentía un poco sola porque éramos muy pocas mujeres. Al margen de esto, no me he sentido condicionada por la etiqueta de género y no me ha marcado ni profesional ni personalmente. Puede que influya mi forma de ser y la gran cantidad de trabajo que tuve que desarrollar” Belén.
Ambas son capaces de ver el futuro con optimismo. Ven la evolución, la revolución callada de la que han sido protagonistas las mujeres. Paso a paso se ha mejorado pero coinciden en que queda camino por andar. Falta presencia de mujeres en puesto de poder y superar clichés que existen sobre el papel de la mujer en la familia y en otras situaciones.
El futuro que ven estas dos mujeres pasa por la educación. Educar en la igualdad para que la mujer pueda ocupar el lugar que le corresponde.
“Hay que insistir en la educación, desde casa; esto es vital. La limitación no la tienen las mujeres, sino los que tienen que dar el puesto de trabajo” Ana.
Para Belén las diferencias entre hombres y mujeres son una ventaja.
«No somos iguales en muchos aspectos, pero no quiere decir que no podamos alcanzar las mismas metas. En el desarrollo de cualquier proyecto, la diferencia suma. Eso enriquece y contribuye a que el resultado sea mejor» Belén.
Las conclusiones han sido claras, la mujer tiene mucho que aportar en el entorno laborar. Las diferencias suman y la educación es la clave para que en un futuro la paridad sea una realidad. Lee el artículo completo aquí.
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